Volumen 4, 2012

EU-topías. Revista de interculturalidad, comunicación y estudios europeos

Co-publicada en cuatro idiomas por el Departamento de Teoría de los Lenguajes y Ciencias de la Comunicación (Universitat de València. Estudi General, UVEG) & The Global Studies Institute de l’Université de Genève. ISSN: 2174-8454 / e-ISSN: 2340-115X. Contacto: info@eu-topias.org / eu-topias@uv.es / eu-topias@unige.ch

Editorial

Las páginas del presente número de Eu-topías dedican su análisis a unas movilizaciones sociales de origen reciente que, si bien presentan una gran variedad, están unidas por una curiosa convergencia: se iniciaron en diciembre de 2010 en Túnez y luego se extendieron por buena parte de los países islámicos. Como complemento discursivo, este monográfico se enriquece con la inclusión de un estudio sobre la fotografía de la guerra civil española (1936-39), cuyo desenlace frenó durante mucho tiempo cualquier movilización social e impidió la modernización y la participación democrática en España.

El dossier contiene una reflexión muy plural sobre los primeros meses de cambio en unas sociedades que se caracterizaban por estar atrapadas entre dos tendencias opuestas. Por un lado, las dictaduras que garantizan un (des)orden en sociedades internamente escindidas, desigualitarias y opresivas y, por el otro, una voluntad de regeneración contra la corrupción representada por organizaciones religioso-políticas de cariz fundamentalista. Hasta hace poco, la única “tercera fuerza” existente consistía en la aparición eventual de fenómenos terroristas. Este mosaico se sostenía en parte por inercia y en parte por los intereses de terceros países (Estados Unidos, Rusia, China) que establecían cuáles eran sus posiciones “aceptables” para evitar cualquier protagonismo islámico en la escena internacional. Los acontecimientos (que algunos de nuestros artículos denominan “primavera” y otros “revolución”, a la espera de que su evolución temporal vaya dotándolos de un perfil más claro) tienen como rasgo común el interés por la insólita presencia pública de una sociedad civil que empieza a comportarse como un sujeto colectivo de cambio.

El futuro de tal cambio, su consolidación o su carácter provisional y precario dependen, como señala el autor de “ Le printemps arabe ” en Afrique du Nord, de que se reconozca que estos países se han liberado, pero también que ello da comienzo a una segunda batalla y excluye la necesidad de desarrollo económico, “ une bataille por la libération du citoyen ”. Ello comporta la exigencia de que las libertades de expresión y de prensa permitan que arraigue “la libertad de conciencia que desgraciadamente no está reconocida en las sociedades musulmanas”. Esta observación resulta sorprendente para un europeo en cuya historia precedió, sobre otras libertades de uso público, la libertad de conciencia, como base del uso privado de la razón. Desde esta perspectiva, señala un problema esencial en las sociedades musulmanas: el de la viabilidad de una esfera laica de lo político. Es cierto que la evangélica recomendación de “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (junto con el tipo de desenlace que la Ilustración significó para las guerras de religión) ha permitido que la presencia de lo religioso en nuestras sociedades no interfiera gravemente en el funcionamiento institucional de las democracias. La existencia de partidos “demócrata-cristianos” que no suprimen políticamente leyes que rechazan desde una perspectiva religiosa (como las que regulan el divorcio, el aborto y otras) puede crear la posibilidad teórica de que en el mundo musulmán suceda lo mismo. Sin embargo, para esto será necesaria la creación de una esfera autónoma de lo público y un repliegue de la religión al ámbito de los sentimientos y las prácticas privadas.

Son muchas las incógnitas que esas “primaveras” encierran todavía para sus propios protagonistas y no será extraño que este tema haya de volver a ser, una y otra vez, objeto de atención y análisis. La evolución de Egipto, que aquí no se considera, la guerra en Siria, los acontecimientos de Jordania, e incluso la evolución de la auto-comprensión política de los palestinos, puesta de manifiesto en el protagonismo de Hamás (hasta ahora valorado como terrorista) y su estrategia de obtener reconocimiento como Estado Observador no miembro de la ONU, nos hacen pensar que la “revolución” islámica es un acontecimiento que ensaya nuevas formas de la política. EU-topías no quiere quedarse al margen de la reflexión sobre las diferentes dimensiones de esas experiencias.