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Didáctica 2.0. La web social en el aula. Una minga al sur del mundo / Eliana Sheihing y Camila Cárdenas

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16.
Didáctica 2.0. La web social en el aula. Una minga al sur del mundo. Luis Cárcamo, Eliana Sheihing y Camila Cárdenas (2013), Valdivia, Ediciones Kelluwen-aprendizaje en red. 144 pp.

Este libro despega desde dos metáforas que responden, por completo, al carácter nomadológico (Deleuze y Guattari, 1980) que deberían tener hoy en día los sistemas –herméticos– de educación a nivel global, o glocal si se nos permite coquetear –en clave viriliana (1997)– con este ya más que usado cruce de palabras.

Sin caer en innecesarias autocríticas que –a estas alturas nos podrían desviar del asunto en cuestión– se denuncia, en este texto y a lo largo de sus seis capítulos, cuan apegados estamos a las normas –sobre todo en un Chile que vive ansiosamente bajo el yugo de la pirotecnia tecnocrática y burocrática. Modelo que impone una institucionalidad educativa tal que, subvirtiendo a sus propios ejes, debería crear los mecanismos precisos para poner en jaque esa institucionalidad sedentaria –si se me permite el juego– y vagabundear –lo digo en el buen sentido– en los quehaceres intrínsecos de la doble metáfora nomadológicaen la cual descansa el proyecto “Kelluwen-aprendizaje en red”.

En este sentido, el proyecto Kelluwen juega el juego del sistema de turno, pero lo burla con una precisión y apreciación digna de recuperación y cuidado. Lo hace con una naturalidad que vislumbra e invita a reflexionar sobre lo sencillo que puede ser, desde nuevos horizontes críticos y creativos, emprender una iniciativa que, desde el meollo del sistema científico nacional, puede perder el paso de la imperante danza de turno y preocuparse de los menos protegidos, de los vulnerables y de los condenados a una mala educación por cuestiones, casi siempre, sociales, geográficas e inclusive políticas, es decir, de los “condenados” del fin del mundo, como abogan sin tregua las bases de esta misma aventura en ejercicio y recensión.

Desde esta premisa, por tanto, se justifica dicha publicación, lanzada bajo el sello editorialEdiciones Kelluwen-aprendizaje en red, editado por Luis Cárcamo Ulloa, Eliana Scheihing García y Camila Cárdenas Neira y denominado “Didáctica 2.0. La web social en el aula. Una minga al sur de mundo”. Obra colectiva que sistematiza las metáforas educativas-culturales a las que nos remitiremos en breve y que estimula desafíos virtuales en soportes “otros”, en soportes 2.0, permitiendo replicar experiencias en miles de estudiantes a nivel sur del país y desde las atentas miradas y puntos de vista de diferentes profesores de, por una parte, Historia y Ciencias Sociales y, por otra, Lenguaje y Comunicación.

Actores todos protagónicos de estas metáforas que se nomadologiza –cuan minga chilota– desde la propuesta Kelluwen y que se caracteriza por una transversalidad inusual en la relación profesor-estudiante, estimulando, a través de la Web social, un aprendizaje en red que recuerda la ruptura de límites y fronteras homogéneas y férreas entre educador-educando. Acercándose, con esto, a aquellas teorías foucaultianas que rompen las tradiciones autor-lector, por ejemplo, tan caras a las “sociedades disciplinarias” que este pensador vinculó -también críticamente- con las grandes verdades de los proyectos educacionales de Occidente. Nada más y nada menos que la escuela como modelo perfecto de prisión.

La primera metáfora, para no agotarnos con esta introducción general, es irresistiblemente oportuna para el proyecto en sí y para su relación con la denominación de origen de esta iniciativa. Resultado del maridaje inter-transdisciplinario entre el Instituto de Informática de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y los institutos de Filosofía y Estudios Educacionales y Comunicación Social de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, participando, de esta manera, un contundente grupo de investigadores y docentes de diferentes áreas que se concentran en carreras de pregrado y en programas de posgrado de ambas macrounidades de la UACh. Coordinadores-actores que sólo encabezan un enorme listado de profesores –142– y de estudiantes –4.517– que durante tres años dieron vida a esta invitación para aprender en red.

Kelluwen, la primera metáfora nominal, es un vocablo mapudungún que significa “trabajar entre todos” y que el equipo Kelluwen –es decir los kelluwenes– han trasladado a, conceptualmente y abusando una vez más de la impronta nomadológico que les caracteriza, “trabajar y aprender colaborativamente” (12). Metáfora sencilla, preciosa y delicada que da las alas para salir de los ámbitos netamente educativos de la tradición y para –conociéndolos– subvertirlos y hacerlos parte de una proyección contraeducativa, con toda la carga contracultural que a esta noción se le podría sindicar.

La metáfora uno, por tanto, es la que da nombre al proyecto y que la ubica –desde una lengua extraoccidental– en el trabajar y aprender de forma colaborativa: “entre todos”. Entre todos que implica desde el equipo Kelluwen hasta la más distante escuela rural de las zonas sureñas abarcadas en los lindes de la propuesta y cuyo fin es establecer una comunidad educativa de estudiantes, docentes y académicos concentrados –desde lo ya comentado en nuestra introducción– en los sectores “fuera de lugar” y abocados –según consta en la presentación del libro– “a trabajar en las escuelas y liceos vulnerables de la macro región Sur Austral de Chile” (12).

Así lo precisa –y queda de absoluto manifiesto en el texto- el planteamiento base de la iniciativa que busca implementar diseños didácticos colaborativos basados en recursos de la Web 2.0 con el propósito de mejorar, ampliamente, las competencias socio-comunicativas en estudiantes de séptimo básico a segundo medio de escuelas y liceos de sectores sociales vulnerables de la zona Sur Austral del país. Logrando, con esto, incrementar la comprensión lectora, la producción de texto autónomo y el desarrollo –como se menciona en varios de los artículos que conforman el volumen– de un pensamiento crítico en línea con lo establecido en su momento por la ya clásica Escuela de Frankfort. Último punto volcado en uno de los bastiones teóricos que sostiene el desarrollo de esta propuesta, anidada, en un momento, en el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF TIC – EDU) y los centros virtuales de investigación, desarrollo e innovación de la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile.

Para no perder el hilo, entonces, si se habla de pensamiento crítico se hace desde una óptica que se enfrente a los contenidos culturales del momento, desde una posición que abre “nuevos modos de argumentación que resisten formas de dominio y legitimación, de manera tal que las y los educandos sean capaces de contribuir al cambio social” (48).

Significativos son en este ámbito y sin duda alguna, ciertos contenidos que arrojó Kelluwen y que son de la más pura contingencia. No bastó con centrar la cuestión en discusiones actuales sobre Derechos Humanos, tribus urbanas, diferencias culturales o explotación infantil, sino que la exposición crítica contracultural y contraeducativa llegó a desbordarse de lo políticamente correcto al tomar algunos elementos heterodoxos y marginados de la academia primaria y secundaria “disciplinada” y “disciplinaria”. Como, por ejemplo y en el contexto del diseño didáctico “Construyendo un diaporama sobre el Siglo XX”, los debates escapistas de las voces de la tradición propios de una primera juventud, quienes abrieron puertas herméticamente cerradas para dialogar sobre la legalización de la marihuana con fines terapéuticos (Escuela Italia de Valdivia) o sobre los derechos civiles y la homosexualidad (Escuela Hospitalaria Alianza de Osorno).

Retomando el largo camino esbozado por Kelluwen, la segunda metáfora, por tanto, es la que se presenta en la bajada del título del libro. La minga desde su más sencilla explicación implica movimiento, nomadización y actividad permanente. Trabajo en equipo, complemento y ganas para mejorar lo establecido por los discursos de autoridad. El habitar en una isla, en un archipiélago ya implica una inestabilidad que enriquece, debido a la permanente renovación que permite el ir y venir de las olas del mar, de su gente, de sus costumbres. En una isla los límites son más inestables, por ende, más inseguros; y, por lo mismo, más ricos por su incerteza e impredecibilidad, si parafraseamos al literato martinico Édouard Glissant (2006).

La minga de Kelluwen, como la segunda metáfora, responde a la tradición chilota y sur chilena y se encuentra en ese polo de vinculaciones donde toda la comunidad –todos los actores– ayudan en y para el movimiento y el cambio de casa, para la “tiradura de casa” (11). Una vez más el “entre todos” que ya vislumbramos desde la metáfora Kelluwen, ahora en alianza con este segundo ejercicio creativo de recuperación conceptual en el marco del mismo proyecto. Así lo dice la presentación del libro: “No se trata de un trabajo jerárquico, sino de uno en que se colabora con alegría y entusiasmo” (11). Tal como lo hicieron los docentes y estudiantes que conforman esta macro “tiradura de casa” que, de inspiración chilota, logró –y está logrando– mover una de las edificaciones con los cimientos más duros y pesados que nos ha legado Occidente y, en su herencia, nuestro país, como es el sistema educativo que obliga –esto hay que decirlo con consistencia– a plantearse “vagabundajes” de gran calibre y atrevimiento para mantener la esperanza de y para el cambio social, de y para otra realidad posible, de y para dejar en las futuras g-eneraciones las herramientas críticas con las cuales se les permita emplazarse con pachorra en lo que será el nuevo mundo que les toque vivir.

Dicho esto y antes de finalizar, quisiera dejar en alto una cita que refleja este movimiento de minga. Cito con mucho interés y alevosía: “La minga no termina cuando está instalada la casa en su nuevo destino. Mientras se ejecutaba la tiradura, otro grupo estaba ya preparando las mesas, el curanto, los milcaos y chapaleles, un corderito al palo o un chanchito gordo. Los dueños de casa ofrecen una fiesta para agradecer la participación de todos” (11).

Para esa mega fiesta de fin de minga, de fin de “tiradura” de esta sedentaria casa que es la educación en tiempos de mutación de centuria, espero –aunque sea uno de tantos tirones en pro del tan anhelado cambio– espero que no se olviden, que no dejen de invitar a esa celebración, por supuesto, al escritor de esta reseña.

Bibliografía
  • DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Félix (2000): Mil mesetas Capitalismo y esquizofrenia. Valencia. Pre-textos.
  • GLISSANT, Édouard (2006): Tratado del Todo-Mundo. Barcelona. El Cobre.
  • VIRILIO, Paul (1997): La velocidad de liberación. Buenos Aires, Manantial.

Rodrigo Browne S.
Instituto de Comunicación Social – UACh